La entidad retomó la actividad de su programa de empleo de forma presencial en León en el mes de octubre de 2020, así como en el resto de sus delegaciones, con todas las medidas sanitarias oportunas para garantizar la seguridad de los usuarios, personas con discapacidad en búsqueda activa de empleo, detectando unas consecuencias negativas para las personas del colectivo. “Algunas personas beneficiarias de los programas de empleo han tenido mucho miedo y precaución por la pandemia y las consecuencias que para ellas y sus familias podrían producirse, por lo que han preferido, de manera temporal, no participar en búsqueda activa de empleo”, apuntan Margarita Rivero y Mª Nelly Ferreiro, técnicos de empleo de ASPAYM CyL en León. Además, las personas que ya estaban empleadas “algunas perdieron su empleo porque la empresa redujo la plantilla o cesó su actividad, otras han estado en ERTE y otras decidieron abandonar su trabajo por ser personas de riesgo”.
El teletrabajo pone de manifiesto la brecha digital
En un momento en que la tecnología, lo online y lo digital han sido fundamentales, el colectivo de las personas con discapacidad lo han tenido muy complicado tanto por falta de medios, como por falta de accesibilidad digital como por falta de conocimientos y formación en estas materias. Así, el teletrabajo ha resultado otra consecuencia de la pandemia que ha resultado negativa para las personas del colectivo y desde la delegación de la entidad en León ni siquiera “ha habido ocasión de conocer esta alternativa porque las características de las ofertas de empleo que han existido eran de tipo presencial, sin opción a la modalidad online”.
De esta manera en León se ha trabajado con 88 usuarios con discapacidad dentro de su bolsa de empleo; de los cuales 57 son hombres y 31 son mujeres y se han realizado 39 contratos laborales en la ciudad. No ha sido un año fácil y las dificultades en la contratación se han dado “por la situación que vivieron las empresas y que algunas siguen pasando, y por otro lado no hemos detectado que se exijan mayores requisitos para cubrir los puesto”, comentan las técnicos de empleo de la entidad en León; “no podemos señalar nuevos perfiles porque el número de ofertas se vio muy reducido, pero se siguieron demandando principalmente personas para tareas de limpieza, para mantenimiento o para atención al cliente y ventas.”
Para los técnicos de empleo de la entidad, la situación de pandemia también ha supuesto cambios en la forma de trabajar con los usuarios “después de haber estado en ERTE decidimos reducir al máximo las atenciones presenciales y las que fueron necesarias por imposición del programa se hicieron fuera de los despachos de trabajo. Se dio prioridad a la atención de las personas telefónicamente con el mismo compromiso que siempre”, apuntan Rivero y Ferreiro.
Desde ASPAYM Castilla y León se advierte de las significativas dificultades que encuentran las personas con discapacidad para acceder al mercado laboral, que se han visto agudizadas por la situación de pandemia mundial, afectando muy negativamente a este colectivo tan vulnerable, y se trabaja para seguir facilitando la transición a lo digital, la formación y la relación con las empresas con el firme propósito de la inserción laboral.