Dentro de la campaña #Contigohastalamédula, ASPAYM Castilla y León aporta testimonios de sus socios con lesión medular, como el caso de Rafael, militar y residente en Valladolid, que padece una lesión medular provocada por una zambullida. “Lo mío fue una zambullida a una piscina que no tenía agua. Me había bañado antes, me fui hacer deporte y al volver me quité las gafas, como soy miope no vi que la habían vaciado y no tenía agua, así que al tirarme me rompí el cuello”:
Rafael sufrió el accidente en una zona diplomática de Bagdad, durante su último día en una misión en Irak. Tras el accidente, fue atendido por médicos canadienses, que le realizaron la fijación, fue y trasladado a la base alemana de Ramstein, donde él y su familia decidieron que fueran médicos españoles los que realizaran la operación definitiva para fijar su cuello, en el Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla. “Después de la operación estuve mes y medio inconsciente hasta que llegué al Hospital de Parapléjicos de Toledo, donde estuve 17 meses, con una lesión C5 en Fase A, que significa que es corte total, además de un problema de arterias cerebrales, además de los típicos problemas ocasionados por la lesión, de falta de movimientos o respiratorios”.
Después de su proceso de rehabilitación en el Hospital Nacional de Parapléjicos, Rafael acude como socio dos veces por semana al centro de fisioterapia de ASPYM Castilla y León en Valladolid, para realizar una rehabilitación de mantenimiento: “Sé que recuperación como tal no voy a tener, lo que hago es mucho mantenimiento, para no perder los movimientos que sí tengo”. Además realiza otro tipo de sesiones, como terapia ocupacional, que le permite adaptarse a los medios para realizar acciones cotidianas como el uso del ordenador o la comunicación por teléfono. “ASPAYM supone para mí un gran apoyo en mi recuperación, hay grandes profesionales”, Rafael destaca también el proyecto de Asistencia Personal, de Predif Casilla y León, así como el programa PIRI (Programa Individualizado de Recuperación e Integración Social de Personas con Discapacidad Sobrevenida).
Rafael habla también del cambio que ha supuesto este accidente para su vida y de la necesidad de recibir apoyo psicológico, tras pasar de ser una persona “plena y feliz” a verse con una limitación total de movimiento y necesitar apoyo de otra persona durante las 24 horas del día. “El destino te ha negado todo el estilo de vida que tenía antes, yo era una persona con muchas aficiones, como el deporte y el motociclismo, y el destino viene y te cambia completamente. Ahora estamos aprendiendo todos los días a vivir. Por suerte tengo una familia maravillosa que me ha apoyado al cien por cien, y sería muy duro que te pase todo esto y que no tengas el apoyo de tu familia y amigos”.
Rafael además cierra su testimonio con un mensaje, especialmente para los más jóvenes: “Yo entiendo que están en la edad de hacer barbaridades, y las hemos hecho todos, pero el toro te puede pillar en cualquier lado, y por cuidarse un poquito os podéis librar de una cosa muy seria. Esto es como si se te acaba la vida y con ser un poquito más prudentes lo podéis evitar. Cuidado con el agua y cuidado con todo, el casco, la moto, la piscina, el cinturón de seguridad… pero en el tema de las zambullidas, en cualquier momento no te das cuenta, te puedes romper el cuello y se te ha acabado la vida, te la van a cambiar completamente”.